sábado, 22 de mayo de 2010

Libertad y Restricción en la Decisión Judicial de Duncan Kennedy


La obra del autor Duncan Kennedy nos ubica en el lugar preciso en el que un juez debe tomar una decisión y resolver así un caso con particularidades excepcionales, complejas y específicas, que lo hacen diferente a todos los demás antecedentes conocidos, para lo cual deberá aplicar, interpretar, cambiar y poner entre dicho la ley, con base en la convicción de que ésta pudo haberse concebido de manera más flexible y así poder regular de mejor manera el caso, o bien, puede ser simplemente que la ley se considera injusta, debiendo cambiarla, ello sin olvidar que ante todo cabe la posibilidad de que sus decisiones puedan ser apeladas por sus superiores.
Ante todo ello, lo importante son los posibles contextos en los que se podría encontrar un juez y cómo éstos influyen en su decisión, pudiendo considerar incluso que para mejores resultados sería valido utilizar la argumentación jurídica.
Dice el autor, que en la decisión judicial debe hacerse notar que los jueces son individuos como todos y cada una de las personas susceptibles e influenciables a la opinión de terceros, así como a situaciones y factores que acontecen a su alrededor, mismos que favorecen o limitan en la toma de la posición final, creando así el sentido de justicia en busca de la sentencia deseada y que en caso de existir algún conflicto, se requiera de la argumentación jurídica para llegar al punto deseado, situación que puede llegar a ser posible pues como el mismo Duncan afirma, es de esa manera que se logrará con buena argumentación obtener los resultados deseados.
En un caso en concreto lo que importa es cómo se va a dirigir y orientar el trabajo para llegar a un resultado que se ajuste a lo que se entiende por justicia; en ocasiones la posición de un juez inicia entendiéndose como la situación en la que se establece un conflicto entre ley y la sentencia a la que se quiere llegar, lo cual es similar a la de un abogado a quien su cliente le platea un conflicto que tras ser valorado por el primero, encuentra que es muy probable que su cliente pierda.
Con base en lo anterior surge la pregunta de si ¿esta primera impresión del caso será la que prevalezca después de que se desarrolle una línea argumentativa y analítica alternativa?, al respecto, asevera que todos los miembros de la comunidad jurídica saben muy bien que aquella primera impresión que se tiene respecto a la manera como una norma específica regula y deviene en un resultado z cuando se aplica suele ser con frecuencia una impresión equivocada… lo que en primera instancia parecía ser un caso cerrado, de súbito termina siendo uno abierto de par en par y aquello que antes parecía vago e indefinido, de pronto se nos revela como algo sumamente sólido y firme dadas las circunstancia.
De modo que parte importante del papel que deben desempeñar los jueces y abogados, es examinar las conclusiones a la que ellos mismos han llegado respecto de lo que consideran es la respuesta “legal correcta” intentando también desarrollar los mejores argumentos posibles de la contraparte
Para la eficaz terminación de un problema, deben tomarse los posibles métodos de solución que llevarán a la posible respuesta, no sin antes observar sin perder de vista las consecuencias favorables o negativas; deben buscarse las posibles normas que pongan límites a la regla que se quiere combatir e identificar las normas positivas que hagan necesario generar muchos caminos alternativos para aproximarse al caso en la esperanza de que alguno de ellos tenga éxito.
Visto todo lo anterior, y en esencia del tema central, el autor comprueba a lo largo de todo el escrito que el razonamiento jurídico es el proceso de crear el campo de la ley a través del replanteamiento o la reformulación, antes de una aplicación de la norma; se trata además de mostrar como una percepción inicial de la obligatoriedad de la norma de la norma de la regla puede llegar a desvanecerse.
Como conclusión, se puede determinar que en ocasiones la actitud agnóstica impide saber qué es lo que se supone la regla ordena, en otras más, no se logra determinar si los hechos del caso son tales que dispararán el resultado que la norma específica parece exigir, algunas veces pareciere haber muchas respuestas posibles a la pregunta pero no se logra intuir cuál puede ser la correcta, otras veces, se podría comenzar sintiéndose bastante seguro respecto a qué es la norma y cómo aplicarla, pero basta una conversación con otra persona que ha llegado a una conclusión distinta para sentir la sensación de que cualquiera de los extremos son correctos, o bien, deducir que la norma aplicable era correcta o ambigua o intrínsicamente contraria, de cualquier forma, siempre habrá una respuesta que en muchos de los casos dependerá de la libre opción ética o política.

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